ACTA DE DEFUNCION DE LUIS XVII
Se asentó que Luis Carlos murió el lunes 8 de junio de 1795 a las 14:45 horas, a la edad de 10 años, dos meses y doce días. Tambien que había nacido en el Palacio de Versalles y había muerto en la Torre del Temple.
El anuncio del fallecimiento del Rey, fue publicado en el órgano oficial del gobierno republicano, que era el diario El Monitor, el 14 de junio de 1975.-
Ahí indican que es el “hijo del llamado Luis Capeto y de Maria Antonieta Juana Josefa de Austria”. Aparecen las afirmaciones de Etienne Lasné, que fue quien en sus últimos momentos auxilió a Luis Carlos, tomándolo en sus brazos, según contó a una edad muy avanzada, su jefe inmediato, Gomin al escritor e investigador de este enigma Alciade Beauchesne. Y también la afirmación de otro comisario y sus respectivas firmas.
Esto es muy extraño, pues en esas fechas, se estaba negociando la paz con España, potencia que cabildeaba la entrega de los dos principes reales: Madame Royale y el propio Luis XVII.- Según archivos, la entrega de estos dos niños, cuya importancia era enorme, debía de efectuarse en siete días.
También, estaban en negociaciones con el General Charette, uno de los líderes del Ejército Monarquista y Católico de la región de La Vendée, para la entrega del pequeño soberano.
Pero viene la “sorpresiva” muerte del jefe de la Casa de Francia.- No, no fue la princesa, tuvo que ser el Rey.
Muy sospechoso, no?
Ahora bien, los guardias y comisarios de la Torre del Temple al llegar los médicos llamados por los Acelerados para llevar a cabo la autopsia, no aseguraron que fuese el hijo de “Luis Capeto”.
Por todos los crímenes que habían cometido los Acelerados, principalmente los asesinatos del Rey Luis XVI, Madame Elisabeth, hermana del Rey, y sobre todo de la Reina María Antonieta, no es muy difícil imaginar que la caterva de sanguinarios asesinos, los que quedaban, temían la justa venganza del Rey, al alcanzar una edad adulta.
Así que tampoco es difícil imaginar que, con una altísima probabilidad, el niño haya sido asesinado.
En sus memorias, su hermana Madame Royale, contó como, al quedarse solo el niño, al abandonar la Torre del Temple, su “tutor” el zapatero remendón Antoine Simon y su esposa, lo oía gritar por la noche lleno de terror, pero tiempo después ella creyó que el niño ya no estaba en el Temple.
Por otro lado, se presenta una incongruencia enorme: ¿Porqué los Acelerados no permitieron que Madame Royale se despidiera de su hermano, estando en el piso superior al del pequeño Rey? Esto, de haber sido como ellos afirmaron, de que esa fecha murió Luis Carlos, les hubiera ahorrado muchos problemas. ¿O sería que no lo permitieron porque el niño ya había sido asesinado mucho tiempo atrás?
Si no veamos estas pocas muestras: En enero de 1794, tres meses después del asesinato de la Reina, los Simon se van del Temple. Se dice que por medio de recibo firmado hicieron entrega del pequeño prisionero en “buen estado” pero pasaron 15 días sin que la lavandera registrara prendas del niño que porque “se enfermó”.
Pero, volvemos a la misma pregunta: ¿De que habrán estado hechos estos engendros demoníacos de ni siquiera permitirle al niño en sufrimiento ver una cara familiar antes de morir? ¿Porqué no permitirle a su hermana siquiera el consuelo de atenderlo en sus últimos días?
Pues porque esto no era posible.
Lo más probable es que este niño haya sido asesinado mucho antes de esa fecha. pues, parece ser, ya no tenía “utilidad” para los Acelerados, quienes por medio de amenazas, engaños, maltrato físico y psicológico (recordemos que días antes de extraerle la sucia acusación en contra de su madre y su tía, el asqueroso pasquinero difamador Hébert, le regaló una guillotina de juguete), borracheras (a él le repugnaba el vino) y las consecuentes “crudas” que no le remediaban y los cantos obligados de canciones asquerosas en contra de Dios, la Iglesia Católica, la Monarquía y su madre, así como La Marsellesa y Car Magnole, también le extrajeron información sobre las personas que ayudaron o tuvieron que ver con el intento de fuga de la Familia Real en 1791 pero que fueron interceptados y hechos prisioneros en Varennes, por lo tanto, se dieron vuelo estos asesinos sanguinarios buscando, aprisionando y decapitando a esas personas.
Insistimos que lo más probable es que hayan practicado el credo del multi-asesino Robespierre de que “Para que Francia viva, el Rey tiene que morir”, no sólo fue aplicado a su padre, Luis XVI, si no también al siguiente REY LEGITIMO así tuviera sólo 8 años.
Este pequeño no fue el único menor sacrificado en esa salvajada, fueron cientos de niños, sobre todo en la región de La Vendée. Luis Carlos es el símbolo de la niñez perdida de Francia de esos espantosos tiempos.
(*) Recordemos que el apellido Capeto, lo utilizaban los Acelerados a modo de burla y falta de respeto al Rey Luis XVI, cuyo apellido era Borbón y lo sabían. Era un modo muy grosero de recordarle al Rey, que ya no era soberano, si no un ciudadano más, al mismo tiempo no dándole importancia a su apellido.- Hugo Capeto fue quien inauguró por así decirlo la dinastía Capetiana, ayudando a conformar con mayor fuerza y gloria a Francia.
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