lunes, octubre 08, 2007

LA MAXIMA VILLANIA CONTRA MARIA ANTONIETA Y LUIS CARLOS

OCTUBRE 6 DE 1793.-
Los testigos de los espantosos sucesos de la época de la Revolución Francesa vieron desfilar ante sus ojos y otros recibieron los recuentos de eventos tan sin razón pero que cada día conllevaban mayor crueldad.
Cuando se examinan las verdaderas causas de tal hecho que rompió un orden, un fundamento que sostenía a todo un Continente, mismo que irradiaba sus influencias decisivas al mundo entero, es imposible de entender el irracional odio y la inhumana crueldad de los brutales y sanguinarios revolucionarios.
Ahora bien, no queda la más mínima duda que los misóginos, como bien lo indica este término de sicología (personas que le tienen terror a la mujer), tuvieron su máximo gozo cuando tuvieron, por fin, en sus manos, indefensa y sola, a la esposa de su Rey: María Antonieta.
Desde su llegada a Francia hasta su cobarde asesinato no pararon los ataques a su persona tanto de los cortesanos como de los misóginos de la burguesía que azuzaban y manipulaban al pueblo.
No sólo había sufrido ella, a lo largo de su vida todavía en el poder y el esplendor, las calumnias y despiadados ataques a su honor por parte de los periodistas de quinta, que hacen de la difamación su modus vivendi. Esto sucede cuando muchos abusivos y sinvergüenzas “comunicadores” con todas las ventajas manipulan el derecho a la libertad de expresión para convertirla, según les convenga, en libertinaje.
Porque claro que había libertad de expresión en esos días.- Libertad era lo que les sobraba, por eso llegaron a tantos excesos. Se lanzaron a morder y despedazar la mano que les daba de comer.
Insisto que el mismo Napoleón (que decía que sin la Revolución Francesa, su lugar en la historia hubiera sido imposible) afirmó: “Fue pura vanidad lo que produjo la Revolución Francesa, la libertad fue sólo un pretexto”. Y él bien que sabía de lo que hablaba.
Entre esos difamadores auto-llamados periodistas, estaba un azuzador de la opinión pública: un asqueroso tipo llamado Jacques Hébert, que tenía un pasquín sucio con el nombre de “Pére Duchesne” , Padre Duchesne o Papá Duchesne, por medio del cual él se cebaba en contra de la Reina, arrastrando su honor por el lodo con una bajeza sin medida. Unido a los Acelerados, este calumniador, pudo llegar a alturas impensables y ahí se mareó al cumplírsele su sueño dorado: Tener a Maria Antonieta y a Luis Carlos, solos e indefensos, en sus garras.
Siguiendo con el recuento de los últimos días de la Reina Mártir, Maria Antonieta, “La Infortunada”, como muchos la han llamado, presentamos aquí la MÁXIMA VILLANIA que urdió, burdamente, el repulsivo difamador periodista Hébert:
UTILIZAR AL PEQUEÑO LUIS CARLOS PARA CONDENAR A MUERTE A SU MADRE.- ¡ESTO NO TIENE NOMBRE!
Hasta el mismo sanguinario Robespierre quedó atónito al conocer esta asquerosa maquinación de tan repulsivo ente, pues comentó: “No se contenta Hébert con hacer de Maria Antonieta una Mesalina, sino que también la quiere convertir en una Agripina” (Agripina fue madre del cruel y demente emperador Romano Nerón. Ella fue asesinada por órdenes de él).
Narran varios historiadores que el zapatero remendón Antoine Simón que tenía a su cargo al pequeño Rey, contó que lo descubrió realizando “placer solitario” escandalizando esto al zapatero ante lo que se vió obligado a preguntarle quién le había enseñado esos “placeres”, ante lo cual, Luis Carlos, atemorizado respondió que “su mamá lo había enseñado”.- (Conociendo a esta caterva de canallas no se puede dar crédito a tal cosa).
El zapatero dio cuenta de este “crimen” de la Reina contra su hijo, al Comité de Seguridad Pública, situación que les allanó el camino para que el servil y abusivo fiscal Fouquier-Tinville procediera con la acusación, para lo cual Simón se las arregló para extraer de un niño de 8 años, solo, la repugnante declaración firmada por Luis Carlos, precisamente un 6 de octubre, pero de 1793 ante el Tribunal Revolucionario acusando a su madre y a su tía de haberlo “corrompido sexualmente”.
Por supuesto, que los Acelerados no contaban con una sola prueba política ni civil para condenar a la Reina a muerte, sin embargo, buscaban desesperadamente algo, lo que fuera, para poder asesinarla “legalmente”.
¡Qué cobardes!
Dicen los historiadores que después de haber urdido este plan, dudaron muchas veces, pero el 3 de octubre, Billaud-Varenne, a nombre del Comité, envió la orden a Fouquier Tinville de entablar la denuncia. La Comuna por supuesto que iba a ayudar. El Alcalde Pache, el Procurador Chaumette, su asistente Hébert y dos miembros del Consejo General (¡claro en pandilla! Solos no) se presentaron en el Temple y con la complicidad del maldito zapatero, abusaron de la indefensión de Luis Carlos.
En comparaciones que se han hecho con la firma que dicen que es de Luis Carlos y que aparece en esa acusación no se parece pero en nada a su firma en sus cuadernos de tareas que todavía se conservan. Esto nos indica que si es cierto que Luis Carlos firmó, o mejor dicho, lo hicieron firmar, en ese momento, estaba lleno de terror, pues su letra es completamente diferente de la que siempre había puesto en sus tareas.
Otras infamias que buscaban: Herir, todavía más, a María Antonieta, al ver que la condena a muerte tenía como origen la acusación de su hijo amado que no se cansaba de reafirmarle su amor cuando estaban juntos.
Llenar a la Reina del mayor oprobio ante la opinión pública no sólo de Francia sino del mundo como una degenerada que no había sabido respetar a su pequeño hijo.
Y esa villanía máxima de la bestia Hébert y sus repugnantes compinches perseguía un fin todavía más reprobable:
Tratar de hacer que el pequeño Luis Carlos apareciera ante la Humanidad por todos los siglos por venir como culpable de la muerte de su madre. Mancharlos a los dos para siempre.
Reflexionando sobre estas infamias, nos lleva a una conclusión de que Luis Carlos no pudo haber muerto de enfermedad, ya que de haber llegado a una edad adulta, lo lógico y justo hubiera sido que él hubiera buscado el castigo de estos animales.- A pesar de la promesa que el Rey Luis XVI le había pedido que mantuviera.
Esto nos indigna a tal grado que nos preguntamos ¿de qué materia estarían hechos los asquerosos revolucionarios? ¿Qué tanto miedo y terror les infundían ese niño y esa mujer? ¿Quién habrá podido parir a estos ascos bestiales? ¿Habrán sido humanos? ¿O engendros demoníacos con forma humana?
Los motivos de esta cobardía están más allá de nuestros alcances: Después de tantas humillaciones SIN RAZON Y SIN NECESIDAD, endilgarle a un pequeño de 8 años, al que esa jauría de canallas le habían asesinado a su padre y lo habían arrebatado violentamente de su madre, confinado, humillado, aislado de los suyos, negándole su libertad y su vida, querían todavía que ÉL CARGARA CON LAS CULPAS DE ESTAS BESTIAS SANGUINARIAS.
Ah, pero esto no paraba ahí, al siguiente día, el 4 de octubre, estos “valientes” revolucionarios, acompañados del malvado pintor David, a nombre del Comité de Seguridad General, intentaron obtener una declaración igual de Madame Royale. Ella, con 14 años de edad y un poco más de conciencia, se indignó y protestó. Igualmente trataron de extraerle un testimonio igual a Madame Elisabeth.
Ese día sacaron de su celda a Madame Royale para llevarla a otro lugar a interrogarla y tuvieron que pasar por la que habían confinado a Luis Carlos, los dos hermanos se encontraron y se abrazaron, por la última vez en sus vidas. El abrazo duró muy poco pues los guardias se encargaron de separarlos bruscamente.
Hay narraciones que dicen que la princesa le reclamó a Luis Carlos, esa declaración, llamándolo “Monstruo” . De ser esto último cierto y de ser la última vez que tuvo noticias de su madre, su hermana y su tía: ¿Cómo creen que haya vivido nuestro Sol Robado en su oscura soledad y martirio?
Apagado, eclipsado moral y emocionalmente hasta los momentos finales de su vida. ¿Era justo?
Esto nos lleva a una vorágine de sentimientos tan intensos y a miles de preguntas. Entre ellas, ésta:
¿Qué fue lo que hizo que estos seres perdieran toda traza de humanidad y respeto por un inocente? Es tan difícil aceptar que exista tanta maldad.
Afortunadamente, como se menciona antes, fue tan burda esta maquinación que nadie, pero nadie, ni ellos mismos la creyeron, pero aún así la dieron por buena en los documentos y fue lo que se utilizó para condenar a muerte a María Antonieta y a Madame Elisabeth, la hermana del Rey Luis XVI.
Antes de incluir parte del asqueroso y amañado proceso en contra de la Reina María Antonieta, relataremos los intentos de su rescate por el Caballero de Jarjayes y el Barón de Batz.

= Continuará =

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-Última imagen (perfil) del Rey en vida y en prisión ¡Qué personalidad tan fuerte irradiando autoridad y majestad!-

Attention English-Speaking visitors: This blog is entirely in Spanish as there is scarce, almost inexistent, information on this tragic real-life event in the Hispanic America: Legacy of the revolutionary governments that sprang up in so many countries in the Americas, inspired in the shameful and ominous French Revolution.-/////////////////////////////////// Tenemos que mencionar que nos llena enormemente de orgullo y nos honra al máximo recibir la visita de todas las universidades del mundo incluyendo las mas antiguas y de tantos y tantos eruditos y conocedores de estos acontecimientos. Ojala que muchos universitarios no se limiten a leer solamente una página, el blog entero es de ustedes.- Gracias