ULTIMA PARTE COBERTURA PRENSA BRITANICA MASACRES DE SEPTIEMBRE DE 1792
La tercera parte la dejamos trunca porque como verán a continuación, ya había avanzado hasta el año de 1793 en que se refiere la reacción del pueblo Británico ante la injusta decapitación del Rey Luis XVI.
Estas piezas de la cobertura de la prensa Británica son las transcripciones hechas por el Sr. Alan Liu del Departamento de Inglés de la Universidad de California en Santa Bárbara, California, en los Estados Unidos.- El link al sitio original (en Inglés) está aquí.- Traducción del Inglés al Español de su servidora.
PUBLICACION CON FINES EDUCACIONALES NO DE LUCRO
(…) “¿Podemos ir con confianza a enfrentar al enemigo y dejar vivos a los traidores?” (...) “Cortémosle la garganta a cada traidor!” Tal fue la espantosa propuesta hecha en la Asamblea de los Federados, en la Sala de los Jacobinos! Ésa fue la exclamación de la (...) que atiborraba las calles! La sangre se congela en nuestras venas mientras relatamos los efectos de esta monstruosa propuesta. La mente se revuelve des (...) como una horrible calumnia a nuestra naturaleza común, pero la verdad exige la triste y espantosa realidad.
(...) Los sentimientos de nuestros lectores no necesitarán comentarios en esta escena (de las Masacres de Septiembre). La historia del hombre no encuentra su paralelo...
THE LONDON TIMES.- Enero 25, 1793.
(…) Cada pecho arde de indignación en este reino, contra los feroces salvajes de París, tanto que hasta la palabra Francés se ha vuelto odiosa. Una república fundada sobre la sangre de una víctima inocente no puede durar mucho. Este acto fue intentado por Oliver Cromwell y resultó un fracaso con la restauración de Carlos II (de Inglaterra).
Al cerrarse el teatro en el Haymarket ayer en la noche, se dio noticia del bárbaro asesinato del Rey de Francia por un grupo de Carniceros Convencionales. Fue una señal de respeto a la memoria del infortunado Luis, con el que la entera nación Británica simpatiza. También debe considerarse como una prueba de la gran deferencia del Sr. Kemble hace a la opinión que hacia el Rey había expresado de manera sencilla, al no asistir al teatro la noche anterior.
LOUIS XVI de Francia fue asesinado por el mismo delito que Agis, el Macedonio fue muerto por sus vasallos rebeldes e ignorantes, en fin, por desear revivir el reinado de la Libertad y la Justicia entre un pueblo incapaz de conocer el valor intrínseco de ninguno de los dos.
Los Tiranos Republicanos de Francia ahora han llevado sus propósitos al último confín diabólico de una crueldad salvaje. Han asesinado a su Rey sin la más pálida sombra de justicia, y por supuesto que no pueden esperar la amistad ni el intercambio con ninguna parte civilizada del mundo. La venganza de Europa caerá rápidamente sobre ellos, con el paso del tiempo, serán los peores canallas sobre la faz de la tierra. La palabra “Francés” será considerada como un sinónimo de salvaje y su presencia rehuída como si fuese veneno, mortal y destructivo para la paz y la felicidad de la Humanidad. Parece evidente que la mayoría de la Convención Nacional y el Gobierno Ejecutivo de esta verdaderamente déspota nación, están compuestos por los más abominables villanos en la faz de la Tierra.
EJECUCIÓN DE LOUIS XVI – Rey de los Franceses
Por un (correo) express que llegó ayer por la mañana de parte de los señores Fector y Cía, en Dover, nos enteramos de los siguientes particulares de la ejecución del Rey:
A las seis de la mañana del lunes, el Rey fue a despedirse de la Reina y de la Familia Real. Después de pasar con ellos un rato y de una muy sentida despedida, el Rey descendió de la torre del Temple y subió al carruaje del Alcalde, con su confesor y dos miembros de la Municipalidad y pasó lentamente a lo largo de los boulevards que lo llevaron desde el Temple hasta el lugar de la ejecución. Se les prohibió a todas las mujeres salir a las calles y a todas las personas asomarse por las ventanas y balcones. Una nutrida guardia abrió paso a la procesión.
Prevalecía la mayor tranquilidad en cada calle que atravesaba la procesión. Como a las nueve y media, el Rey llegó al lugar de la ejecución que era la Plaza Louis XV entre el pedestal que anteriormente soportaba la estatua de su abuelo, y el paseo de los Campos Eliseos. Luis subió al patíbulo con compostura, y esta modesta intrepidez peculiar a la inocencia oprimida, las trompetas sonaron y redoblaron los tambores todo el tiempo. Él hizo una seña de querer dirigirse a la multitud, cuando cesaron los tambores y Luis dijo estas pocas palabras: “Muero inocente, perdono a mis enemigos; sancioné la Constitución Civil del Clero únicamente por una compulsión...” Iba a seguir, pero el redoble de los tambores ahogó su voz. Sus verdugos lo colocaron en el bloque y un instante después, su cabeza estaba separada de su cuerpo, esto fue alrededor de las 10 y cuarto de la mañana.
Después de la ejecución, el pueblo lanzó sus sombreros al aire y gritaron ¡Viva la Nación! Algunos se lanzaron sobre el cuerpo, pero lo impidió una fuerte guardia del Temple y a los despojos sin vida del Rey se les salvó de los ultrajes que Su Majestad había sufrido durante su vida.
El Rey fue atendido en el patíbulo por un Sacerdote Irlandés como su confesor, decidiendo no ser acompañado por un sacerdote que hubiera prestado juramento nacional. Vestía un abrigo grande color café, un chaleco blanco y pantalones negros y su pelo estaba polveado.
Cuando el Sr. De Malesherbes (su abogado) le anunció a Luis, la sentencia fatal de Muerte, “¡Ah, exclamó el Monarca, por fin seré liberado de este cruel suspenso!”.
El decreto dictaba que Luis debería de ser decapitado en la Plaza del Carrousel, pero por razones de seguridad el Consejo Ejecutivo prefirió la Plaza de la Revolución anteriormente Plaza de Louis XV.
Desde que se publicó el decreto, una consternación general ha prevalecido por todo París – los Descalzonados -Sans Culottes- son las únicas personas que celebran – Los ciudadanos honestos, enmurados dentro de sus casas, no podían contener el dolor en su corazón, y lloraban en privado con sus familias el asesinato de su tan amado soberano.
Las últimas peticiones del infortunado Luis dan prueba del alma de magnanimidad y una mente iluminada con las ideas más altas de la virtud humana. No parece ser el hombre que sus enemigos decían. Su corazón estaba fuerte – su mente estaba clara – y él hubiera reinado con gloria pues no tenía las fallas que sus asesinos le endilgaron. Su mente poseía prudencia y sabiduría y hasta en sus últimos momentos cuando el espíritu de la vida se encamina a otro mundo, sus labios le dieron expresión y habló con firmeza y resignación.
Asi terminó la vida de LOUIS XVI (...)
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Etiquetas: ejecución, enigma temple, lamballe, luis xvi, luis XVII, masacres, revolución francesa
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