EL LEAL E INGENIOSO BARON JEAN DE BATZ

Enero 10, 1822.
El Barón Jean de Batz, es considerado como el vengador justiciero de la Familia Real Francesa e inspiración de personajes como “El Zorro”, “Pimpinela Escarlata” y héroes similares, debido a su gran inteligencia, agudeza y facilidad para evadir los múltiples intentos de arresto que libraron en su contra los acelerados revolucionarios franceses.
Estamos conmemorando un aniversario más de su fallecimiento que acaeció el 10 de enero de 1822, a la edad de 68 años, en el Chateau de Chadieu.
Poseedor de una cuantiosa fortuna gracias a sus dotes para las finanzas a las que se dedicó años antes de estallar la salvajada denominada Revolución en Francia.
Ante esa situación, Monarquista de corazón, toma la decisión de pelear por su Rey Luis XVI, la Reina María Antonieta y por el entonces Delfín y posteriormente Rey, Luis Carlos junto con Madame Royale y Madame Elisabeth.
Después del segundo asalto de la canalla parisina, azuzada por los endemoniados acelerados, al Palacio de las Tullerías (Azulejos), el 10 de agostode 1792, el Barón de Batz, trata de conseguir el escape el Rey. Después del sucio y asqueroso “proceso” en donde por la diferencia de un solo voto, UNO SOLO, Luis XVI es condenado a muerte, el Barón hace un nuevo intento por rescatar al Rey, el 21 de enero de 1793, cuando iba en camino al patíbulo, justo en la calle de Bonne Nouvelle, lanzándose, a caballo, en compañía de varios valientes jóvenes aristócratas con espada en mano, al grito de “¡¡A nosotros los que son leales al Rey!!”, esperaba que muchos de los presentes en la multitud, se les unirían para apoyarlos, cosa que no sucedió (había mucho terror impuesto por los acelerados), siendo entonces perseguidos por la guardia nacional, y pagando varios de los jóvenes aristócratas con sus vidas este heroico intento.
Hombre inteligentísimo y conocedor de la condición humana y que supo ver, desde el primer momento, la gran hipocresía, la ambición y la baja ralea de los “revolucionarios y democráticos”, desde la clandestinidad supo llegar con su poder financiero a los diputados de la Convention Nationale, sobre todo a los admirados y reverenciados "líderes" y los corrompió en un tremendo movimiento contra-revolucionario. Para esto, utilizó entre otras armas, los mismos excesos de los acelerados, sobre todo en el aspecto religioso.
Moviéndose en la clandestinidad y con su gran ingenio, asestaba tremendos golpes a la Revolución, dejando perplejos a los jefes Acelerados que no tenían ni idea de quien o de donde les llegaban. Y para justificar su miedo, decian que eran “conspiraciones del extranjero”.
Sobornó a los diputados para que aprobaran la Ley de Precios Máximos (Loi du Maximum) que tuvo espantosas consecuencias contra el gobierno del multi-asesino Robespierre y su Convention.
Tambien hizo varios intentos, audaces, pero sin éxito, de rescatar a la Reina María Antonieta y al niño Rey Luis XVII. (Ya los relatamos en pieza que está en los archivos de octubre/2007 en este blog).
Gracias a sus esfuerzos y sed de justicia, cayeron todos los jefes revolucionarios en poco más de un año después de la ilegal ejecución del Rey Luis XVI, comenzando con el asqueroso difamador Jacques René Hébert ( dueño del sucio pasquín “Pére Duchesne” o “Papá Duchesne”, enemigo despiadado y cobarde atormentador de María Antonieta), junto con sus secuaces los Hebertistas el 14 de marzo de 1794 –Cinco meses después del asesinato de la Reina – y luego propició la caida de otro cobarde acelerado, Danton y sus compinches en abril de ese mismo año, todos ellos, en justa retribución, decapitados en la guillotina. Los implicó magistralmente en el escándalo de la compañia French-Indies. No es necesario agregar que estos cobardes no le llegaron en dignidad ni en valor ni de lejos a la Reina, el Rey, Madame Elisabeth y tantos inocentes asesinados por ellos.- En camino a la guillotina solo despertaron asco y desprecio, pues lloraban como cobardes que fueron.
La habilidosa mano del Barón movió los hilos para la caída del maldito Robespierre, en el suceso recordado como 9 Thermidor/II, para más tarde abandonar la clandestinidad y participar en la insurrección monarquista del 25 de octubre de 1795 (cuatro meses después de la supuesta fecha de fallecimiento del niño Luis XVII).-
Durante el golpe de estado de contra el Directorio, se refugia en Auvergne donde tenía uno de sus tantos domicilios. Es descubierto y arrestado pero al ser transferido hacia Lyon, logra escapar a Suiza.
Durante la época del Consulado regresa a Francia y abandona el activismo político y se instala de nuevo en Auvergne.
A la Restauración de la monarquía con Luis XVIII, obtiene el grado de mariscal de campo y la Cruz de San Luis por sus servicios y el puesto de comandante militar de Cantal que pierde en el período de los 100 días.- Se retira a su casa en Chadieu y muere el 10 de enero de 1822.

ASESINATO DEL MARQUES LE PELETIER SAINT-FARGEAU
Se insiste mucho en que el Barón Jean de Batz, tuvo mucho que ver con el asesinato de este aristócrata y político francés. Louis Michel Lepeletier Saint-Fargeau que provenía de una familia muy pudiente, se convirtió en diputado de los Estados Generales en 1789, por parte de la nobleza. Despues representó al Departamento de Yonne como diputado en la Convention Nationale y estuvo a favor del proceso en contra del Rey Luis XVI y votó por la muerte del soberano.
Esto le ganó el repudio de los monarquistas y un día antes de la ilegal ejecución del Rey, estaba muy contento en un restaurante del Palais Royal donde un miembro de la Guardia du Corps del Rey, Philippe Nicolas Marie de Paris, lo asesinó gritándole “¡Aquí está tu recompensa!”.- El guardia pudo escapar a Normandía, donde se dijo que él se suicidó al sentirse acorralado, aunque hay otra versión de que logró escapar a Inglaterra donde moriría años después.
Hoy en dia en Francia, varios lugares llevan el nombre del Marqués Lepeletier Saint-Fargeau, pues fue considerado el primer mártir de la salvajada. Esperemos que este celerino se encuentre en compañía de sus queridos acelerados en el lugar que se ganaron.
Se dice que este asesinato fue un mensaje de parte del Barón de Batz para todos los aristócratas traidores que votaron, indebida e ilegalmente, por la muerte del Rey, quien sólo les dispensó favores y no se merecía nada de lo que le causaron y mucho menos el martirio y muerte de la Reina, Luis Carlos, Madame Elisabeth y el sufrimiento sin fin de la única sobreviviente de la familia Real: Madame Royale.
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Hoy recordamos la lealtad, heroísmo e ingenio del Barón Jean de Batz, con mucho respeto y admiración. Que Dios lo tenga en Su Gloria.

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