9 THERMIDOR/II - SEGUNDA PARTE: EJECUCION DE ANTOINE SIMON

Dando seguimiento el evento conocido como 9 Thermidor del Año II de la “Republique Une et Indivisible”, fecha en que fue ejecutado el Multi-Asesino jefe de la facción Jacobina y “hombre fuerte” que tenía dominados en un puño a los diputados de la Convention Nationale y al pueblo Francés, iba acompañándolo para sufrir la misma suerte Antoine Simon, el zapatero remendón, que tuvo a su cargo la “educación republicana” de Luis Carlos.

Antoine y su segunda esposa se internaron voluntariamente en la Torre del Temple para llevar a cabo la misión encomendada a ellos por el Multi-Asesino y recibieron a Luis Carlos el 3 de julio de 1793, que habia sido separado de su madre, la Reina María Antonieta, horas antes con lujo de sadismo y violencia.

Este “tutor” y su mujer trataron al Rey, como un sirviente, con todas las ventajas que utilizan los cobardes cuando ven que sin peligro alguno pueden abusar de un ser indefenso.

En su fanática ignorancia, querían sentirse superiores, pero, mientras más siglos pasan, sus figuras solo reciben lo que se merecen: desprecio.

Se dice que años despues, al reestablecerse la Monarquía, ahora bajo el Rey Luis XVIII, Madame Royale, ya Duquesa de Angouleme, se entrevistó en secreto con la viuda de Simon, que para entonces estaba internada en el Hospital de los Incurables, ya que propalaba a los cuatro vientos que ella y Simon, el día en que abandonaron el Temple, es decir, el 16 de enero de 1794, habían sacado clandestinamente a Luis Carlos, dentro de una cesta de ropa sucia. Se asegura, que días después esta señora recibió la visita de unos funcionarios del gobierno y ya no volvió a mencionar el asunto para nada.

Sí, ahora reinaba el tío de Luis Carlos, el antiguo Conde de Provenza, como Luis XVIII y lo más lógico es que no le conviniera por nada del mundo que apareciera vivo el legítimo Rey.

Pues a la caida del Multi-Asesino, lo acompañaron sus fieles y devotos amigos y les decía que Antoine Simón se encontraba en esa carreta y al igual que a todos ellos, a la mera hora, les falló su hombría y valentía.

Iban llorando, gritando maldiciones y amenazando que la República no seria lo mismo sin ellos. Todos iban pidiendo perdón a Dios a alaridos. Cuando soberbiamente habían declarado que "Dios no existía". ¡Que tal!

Este maldito infeliz, al igual que Louis St. Just, Augustine de Robespierre y demás acelerados, comprendieron muy tarde el dolor y sufrimiento que causaron a tantos y tantos seres inocentes.

Y en gran egoísmo, hasta donde se sabe actualmente, no dieron informes ni mucho menos se preocuparon de la suerte de Luis Carlos; como verdaderos chacales, sólo les importaba su suerte.

Como lo menciona en su pieza, el escritor y analista Erick von Kuehlnt: "Histórica
mente se lo merecían (ellos y los demás) por no haber considerado lo que sucederia al romper un orden antiguo".

Aunque se hizo justicia y comprendieron estas bestias que Dios sí existe, la verdad, no fué suficiente, pero

¡¡ VIVA 9 THERMIDOR !!

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Nota: En el cuadro que acompaña esta pieza se ve la actitud de déspota del zapatero remendón Antoine Simon y su esposa Jeanne, quienes dieron mal trato al pequeño Rey Luis XVII convirtiéndolo en su sirviente, y por encargo de Robespierre y Hébert le dieron una "educación" republicana: lo enseñaron a maldecir a su familia, a sus padres, a la Iglesia, trataron de convertirlo en todo un patán como ellos además de hacerlo objeto de golpizas, insultos, humillaciones y embriagarlo.

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