La niña que llegó a este mundo el día 2 de noviembre de 1755 en el Palacio Hofburg en Viena, fue bautizada como María Antonia Josefa Juana de Habsburgo-Lothringen y portando el título de Archiduquesa, en el decimo quinto lugar de los hijos de los Emperadores Francisco I y María Teresa de Austria, en medio de los mejores auspicios pues sus padres eran gobernantes poderosos e inteligentes, no imaginó jamás los horrores entre los que terminaría su corta vida.

Esa misma fecha se registró uno de los terremotos más espantosos en Europa. En Portugal para ser más precisos y el 2 de noviembre, es el día que se dedica a la conmemoración de los Difuntos. Es el Día de Todas las Almas (All Souls’ Day).-
No deseamos en ningún momento apoyar ninguno de los hechos de su vida, ni los de los demás miembros de la Familia Real Francesa en supersticiones como la de la Astrología.- No damos crédito a ello. Lo utilizamos solo como una curiosidad.
Sin embargo, sí queremos en este caso, hacer notar que el 2 de noviembre coincide con una celebración pagana antiquísima en Europa, que señala que cuando el Sol llega a los 8 grados de la Constelación de Escorpión, es decir, la Casa de la Muerte, dicen los enterados, el velo entre los dos mundos se hace más tenue.
No buscamos hurgar en esa antigua superstición, que para muchos continúa vigente y mucho menos afirmar nada sobre los espantosos destinos de la Reina, ni del Rey Luis XVI, de Madame Elisabeth ni de Luis XVII.- Si esto fuese cierto, todo mundo podría prever y hasta prevenir las catástrofes.
No obstante, en ocasiones verán que acudimos a las Centurias de Michel de Notre Dame (Nostradamus) pues las interpretaciones de muchos estudiosos de las “profecías” de este singular visionario Francés, parecen ajustarse a los tristes sucesos aun cuando fueron escritas con una anticipación de doscientos años.
Ella al igual que su esposo, su cuñada y sus hijos, nacieron en medio del gran esplendor de la realeza y fueron asesinados, injusta e ilegalmente, por una turbamulta de engreídos, fanáticos, furiosos enloquecidos, sicópatas, ambiciosos y ruines.

Esa misma fecha se registró uno de los terremotos más espantosos en Europa. En Portugal para ser más precisos y el 2 de noviembre, es el día que se dedica a la conmemoración de los Difuntos. Es el Día de Todas las Almas (All Souls’ Day).-
No deseamos en ningún momento apoyar ninguno de los hechos de su vida, ni los de los demás miembros de la Familia Real Francesa en supersticiones como la de la Astrología.- No damos crédito a ello. Lo utilizamos solo como una curiosidad.
Sin embargo, sí queremos en este caso, hacer notar que el 2 de noviembre coincide con una celebración pagana antiquísima en Europa, que señala que cuando el Sol llega a los 8 grados de la Constelación de Escorpión, es decir, la Casa de la Muerte, dicen los enterados, el velo entre los dos mundos se hace más tenue.
No buscamos hurgar en esa antigua superstición, que para muchos continúa vigente y mucho menos afirmar nada sobre los espantosos destinos de la Reina, ni del Rey Luis XVI, de Madame Elisabeth ni de Luis XVII.- Si esto fuese cierto, todo mundo podría prever y hasta prevenir las catástrofes.
No obstante, en ocasiones verán que acudimos a las Centurias de Michel de Notre Dame (Nostradamus) pues las interpretaciones de muchos estudiosos de las “profecías” de este singular visionario Francés, parecen ajustarse a los tristes sucesos aun cuando fueron escritas con una anticipación de doscientos años.
Ella al igual que su esposo, su cuñada y sus hijos, nacieron en medio del gran esplendor de la realeza y fueron asesinados, injusta e ilegalmente, por una turbamulta de engreídos, fanáticos, furiosos enloquecidos, sicópatas, ambiciosos y ruines.
En el primer film sobre la vida de la Reina, que dicen los enterados, ha sido el mejor hasta la fecha y aún así no le hace justicia, se incluye una escena realmente desgarradora: Cuando para prepararla para sus futuros deberes, se le informa que ella se ha convertido en la prometida del Delfín Luis Augusto, la jovencita de 13 años exclama entusiasmada y con una gran ilusión: "¡Mamá, voy a ser la Reina de Francia!"
.Al transcurrir los años, las aguas tienen que volver a su nivel y la Reina María Antonieta, poco a poco, gracias a las investigaciones de historiadores imparciales, serios y objetivos, está siendo vista en su justa dimensión, la que le dieron los que, en su tiempo, la trataron de cerca y no se dejaron manipular ni por los envidiosos cortesanos ni los ambiciosos Acelerados.- Estos también están recibiendo su merecida condena por parte de la Historia.
Al final la Reina María Antonieta al igual que su esposo el Rey Luis XVI, su cuñada Madame Elisabeth, su hija Madame Royale y el Rey Luis XVII y muchos mártires de esa irracional revolución brillarán a la luz del sol de la justicia.
.Al transcurrir los años, las aguas tienen que volver a su nivel y la Reina María Antonieta, poco a poco, gracias a las investigaciones de historiadores imparciales, serios y objetivos, está siendo vista en su justa dimensión, la que le dieron los que, en su tiempo, la trataron de cerca y no se dejaron manipular ni por los envidiosos cortesanos ni los ambiciosos Acelerados.- Estos también están recibiendo su merecida condena por parte de la Historia.
Al final la Reina María Antonieta al igual que su esposo el Rey Luis XVI, su cuñada Madame Elisabeth, su hija Madame Royale y el Rey Luis XVII y muchos mártires de esa irracional revolución brillarán a la luz del sol de la justicia.
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